El 14 de julio de 2023, con la publicación del Reglamento 2023/1464, la Comisión Europea adoptó nuevas e importantes medidas para reducir las emisiones de formaldehído de una amplia gama de productos, incluidos los tableros derivados de la madera y los muebles.

A partir del 6 de agosto de 2026, como indica la restricción de Reich, ya no se permitirá la comercialización en los países de la UE de muebles y artículos derivados de la madera con emisiones de formaldehído superiores a 0,062 mg/m3 (50% de E1). Es importante destacar que la disposición establece como nuevo límite un valor que es exactamente la mitad del límite indicado en su momento por la Organización Mundial de la Salud (0,124 mg/m3), en el que se basa la conocida y consolidada clasificación E1, hasta ahora la norma reconocida y legalmente adoptada por muchos países europeos, entre ellos Italia.

En cambio, se aplicará un límite de 0,08 mg/m3 a otros artículos como los textiles, el cuero, los plásticos, los materiales de construcción y los productos electrónicos.

Tres años para cumplir la normativa

Por primera vez, el sector dispone de una "directriz" precisa de las autoridades europeas que, a diferencia de la clasificación E1, deberá ser aplicada obligatoriamente por todos los países europeos y, evidentemente, también se aplicará a las importaciones.

Las empresas del sector dispondrán de tres años para adaptarse, tiempo necesario para que la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (ECHA) defina, con la participación de las asociaciones y empresas europeas implicadas, las directrices sobre los métodos de ensayo.

Uniformidad a escala europea

Este importante cambio fue el tema central de un seminario web, titulado "Emisión de formaldehído de los productos - Nuevos límites en Europa a partir de 2026", organizado el 26 de julio por FederlegnoArredo y Catas para empresas y operadores del sector. Los más de 300 participantes plantearon numerosas preguntas sobre cómo están preparadas las empresas para afrontar este nuevo reto.

Omar Degoli, responsable de la Oficina de Medio Ambiente y Economía Circular de FederlegnoArredo, explicó cómo "la restricción del formaldehído tiene ciertamente el mérito de devolver la uniformidad a nivel europeo: las empresas ya disponen en el mercado de soluciones conformes para la mayoría de los productos. Será necesario evaluar el tiempo necesario para la adaptación y la rotación de existencias, para no llegar desprevenidos a la fecha límite".

"Esperamos", añadió, "que se aplique el mismo rigor en la vigilancia y los controles adecuados para que los productos y semielaborados importados a Europa desde otros países también respeten los nuevos límites".

Preocupación por la salubridad de los productos

Como siempre, Catas tiene el firme compromiso de informar e implicar a toda la industria en los importantes efectos que ésta y otras medidas puedan tener.

"Ya estamos preparados para medir la conformidad de los productos con los nuevos límites", comentó Franco Bulian, director de Catas. "Las directrices que definirán las autoridades nos permitirán en breve utilizar también los llamados métodos 'derivados', simplificando y facilitando a las empresas los controles necesarios. Un aspecto que me gustaría destacar es que, de hecho, Europa ha definido unos límites tan estrictos que se ha invertido la situación anterior: si antes estábamos "en falta" con respecto a las directivas americanas más estrictas en la materia, ahora es Europa la que impone un nuevo estándar. Y no sólo eso: esta nueva normativa demuestra hasta qué punto Europa avanza con decisión hacia una atención cada vez más concreta a la salubridad de los productos. Si tenemos en cuenta las recientes disposiciones para reducir el uso de cianatos en productos como adhesivos y pinturas o lo que se está haciendo con la melamina, resulta evidente la gran atención que presta Europa a las cuestiones de seguridad que también afectan a nuestro sector".